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Carlos Linneo:
Linneo clasificó a los seres vivos en diferentes niveles jerárquicos, estableciendo tres reinos (animal, vegetal y mineral) en el primer nivel. Subdividió los reinos en filos, los filos en clases, las clases en órdenes, los órdenes en familias, las familias en géneros y los géneros en especies.
Flores de Linnaea borealis, planta lapona que se convirtió en el símbolo de Linneo
Asimismo, e influenciado por botánicos anteriores —especialmente Otto Brunfels—, Linneo pone a punto un sistema, la nomenclatura binominal que permite nombrar con precisión todas las especies de animales y vegetales (y llega a extender este sistema a los minerales) sirviéndose para ello de dos términos: el género (que se escribe con mayúscula inicial) y el epíteto específico (escrito con minúscula inicial), ambos en general de origen latino, aunque a veces se use el griego u otro (cuando el origen no es latino, se "latiniza" el nombre utilizado). La especie se nombra con los dos términos citados, que deben ser escritos en cursiva o subrayados; cuando no exista riesgo de confusión se admite la escritura de la especie escribiendo el género de modo abreviado utilizando la inicial (mayúscula) y el punto seguido del epíteto. Este sistema binominal permite evitar la imprecisión de los nombres vernáculos que cambian entre los distintos países cuando no entre las distintas regiones o zonas.
Flores de Linnaea borealis, planta lapona que se convirtió en el símbolo de Linneo
Asimismo, e influenciado por botánicos anteriores —especialmente Otto Brunfels—, Linneo pone a punto un sistema, la nomenclatura binominal que permite nombrar con precisión todas las especies de animales y vegetales (y llega a extender este sistema a los minerales) sirviéndose para ello de dos términos: el género (que se escribe con mayúscula inicial) y el epíteto específico (escrito con minúscula inicial), ambos en general de origen latino, aunque a veces se use el griego u otro (cuando el origen no es latino, se "latiniza" el nombre utilizado). La especie se nombra con los dos términos citados, que deben ser escritos en cursiva o subrayados; cuando no exista riesgo de confusión se admite la escritura de la especie escribiendo el género de modo abreviado utilizando la inicial (mayúscula) y el punto seguido del epíteto. Este sistema binominal permite evitar la imprecisión de los nombres vernáculos que cambian entre los distintos países cuando no entre las distintas regiones o zonas.
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